Antes que nada, es fundamental aclarar que es normal sentirnos ansiosos al contemplar la posibilidad de emanciparnos de la casa familiar, dado que esto implica toda una serie de cambios y arreglos vitales –internos y ambientales-necesarios para asumir los roles de la vida adulta. De hecho, en la última década, en los países industrializados se ha observado una tendencia a retrasar la salida del hogar familiar durante el periodo conocido como el de adultez emergente (entre los 18 a 26 años) (De la Torre-Cruz, Ruiz-Ariza, Suárez-Manzano y Martínez-López, 2018). Por lo anterior, para salir del nido y no morir en el intento, es importante tener en cuenta los siguientes cinco puntos:
1. Evalúa tu suficiencia económica, partiendo de los recursos y fuentes de financiamiento con los que dispones para suplir tus necesidades de primera necesidad: Vivienda, alimento, trabajo, salud, educación. Puede que tengas que limitarte al principio, pero ganarás mayor independencia y seguridad en ti mismo.
2. Revisa cuáles son tus prioridades vitales y que es lo que necesitas lograr a corto, mediano y largo plazo para crecer como individuo; notarás que tus prioridades han venido cambiando conforme tu ciclo vital, y tu rol a la hora de alcanzarlas también. No puedes hacerlo todo al mismo tiempo, pero si puedes dividir ese todo e ir construyendo.
3. Identifica los posibles obstáculos en tanto no pierdas de vista las posibles ganancias; la autonomía e independencia, son dos cualidades fundamentales para ejercer la adultez, que se ganan en la medida que nos exponemos, haciendo de los deseos realidades.
4. Prepárate para vivir momentos dulces, salados, picantes y agrios; las dificultades para incorporarse al mercado laboral, las incomodidades materiales, la distancia física con tus seres queridos y el tener que asumir las decisiones de tus propios actos, pueden constituir factores de estrés que te hagan querer regresar al hogar familiar. Cada logro conseguido por uno mismo, por pequeño que sea, conduce a mejorar nuestra opinión sobre nuestro actuar, y hace más probable que trabajemos en pro de nuestros sueños.
5. Finalmente, ten presente que el cariño, la implicación y el apoyo que percibes de tu hogar familiar no se acabaran al salir de casa, se transformarán y te permitirán desarrollarte como persona adulta, dueño de ti mismo y responsable de tus decisiones.
Referencia:
De la Torre-Cruz, M. , Ruiz-Ariza, A., Suárez-Manzano, S., y Martínez-López, E. (2018). Does body mass index moderate the relationship between parental support, fitness, and physical activity practice in adolescents?. Psicología Conductual, 26(1), 95-113.
Escrito por:
José Luis Escobar Estupiñan
Mag. Esp. Psicología Clínica
Cel.: 3505754908
